lunes, junio 04, 2007

otra prueba


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viernes, junio 01, 2007

holarines


acalambrados

martes, octubre 17, 2006

Introducción por Lic. Felipe

“Momentos a su lado… momentos de diversión…
aunque en muchas ocasiones afloraba la preocupación”

De esta manera, podemos decir que damos el puntapié inicial (paradójicamente, ese que a él le costaba demasiado) de un portal no convencional, de motivos poco creíbles, pero auténticamente valederos y verosímiles. Aún así, es el deseo de todos los que lo hemos conocido (privilegio sólo de unos pocos… el mismísimo Maradona no pudo darse ese lujo) de querer compartir con todos los visitantes internautas como fue la vida (hablamos en pretérito debido a que, si bien sigue vivo, ya su corazón late aproximadamente una vez cada 10 minutos) de unos de los personajes más paradigmáticos y más polémicos del siglo XX: Albano “Calambre” Otero.

Era claramente perceptible que su estado de salud no era óptimo… su dieta de cigarrillos y coca lo tenía hecho una piltrafa… No obstante, sus ganas y sus deseos se triunfar detrás de un balón de cuero no se desintegraban de la noche a la mañana, en cambio, su maxilar izquierdo lo hacía a una velocidad de Ferrari endemoniada. Sin embargo, sus ganas tenían la fuerza de una locomotora fuera de si… su idolatría por el club que casi lo ve nacer (casi… ya que luego de una prueba, el hoy funcionario del gobierno kirchnerista, Claudio Morresi… lo cerró de la siguiente manera: “Pibe… no tenés condiciones”), el Club Atlético Huracán, llegaba a límites inesperados. Somos muchos los que lo vimos con ese globo orgulloso en la espalda, que había pertenecido a una bandera de su padre del año 1973, cuando el club quemero dio su única vuelta olímpica en la primera división profesional. Lo único que la gente no sabía era que ese globo no había pertenecido a una bandera, sino a una camiseta de manga larga. Pero claro… ¡Qué importaban esos pequeños detalles cuando el ídolo de la gente se hacía presente!

A lo largo de su vida, tuvo momentos de auge, expansión… y de caída… muchas caídas (parecían palabras de Joseph Schumpeter, pero no…). Cuando nos referimos a caídas, lo hacemos en el sentido literal del término. El césped del Parque de los Patricios y del legendario Parque Roca eran mantos de seda, acariciando su enflaquecido pecho… cuando él intentaba hacer algún que otro movimiento maradoniano… y por esa injusticia universal llamada gravedad caía a la luz de los ojos de todos los presentes. Resulta menester nombrar aquella vez que bajó un balón de pecho al mejor estilo Rattín… con la pequeña diferencia de que él calló junto a la pelota como por arte de magia… escribiendo una de las páginas más tristes del fútbol calambriano y del deporte mundial.

Su vida vivió momentos de gran polémica… cuando ya algunos pronosticaban que finalizaría su vida material como el Marqués de Sade. Permanece en la retina de sólo algunos pocos aún hoy el día que regresó del barrio porteño de Congreso calzando un par de ojotas… ya que un malviviente no se había apiadado del ídolo… lo habían hurtado. No obstante, sostienen algunos que habían intentado violarlo… pero bueh… hubo fallas de tipo técnicas sobre las cuáles no pretendemos indagar. Son esos mismos que afirman que durante su viaje a Bariloche, con motivo de egresado del Instituto Falcón, el Cdte. Calambreta no había ido de cuerpo en 10 días. Cabe aclarar que esto nunca fue comprobado.

En fin, estimados visitantes… a lo largo del presente portal, los invitamos a navegar en la vida de un tipo distinto, fugaz (algunos cuando entraba al área… le gritaban: “Shoteá”), aunque lamentablemente débil. Gracias. Esperamos que lo disfruten.
Lic. Felipe LCYLP